Mi brisita de Mar

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1872

“…Mi persona favorita
tiene la cara bonita,
tiene un ángel en su sonrisa,
tiene un corazón y yo.

 
A mi persona favorita
yo le canto esta cosita.
De juguetes en mi vida,
juega con mi corazón…”

                                                     Alejandro Sanz

Hace un poco más de tres meses sentí como una ligera brisa de mar acariciaba mi corazón. Una brisa fresca, de esas que te renuevan por dentro y te llenan los pulmones del oxígeno más limpio. De esas que se agencian una profilaxis en el alma y te invitan a empezar de nuevo. De esas que lo cambian todo… para bien y mejor.

Desde hace 100 días soy la madre de una princesa llamada Mar. Y, desde entonces, veo muchas cosas desde otra perspectiva. La palabra “pureza alcanzó otra dimensión desde que me perdí en la profundidad de su dulce mirada. Su sonrisa desbordante y desparpajada me hizo reflexionar sobre el real significado de la palabra “alegría”.  Escuchar sus gorjeos con los que -creo- intenta comunicarse, han hecho replantearme el alcance del “habla”. Mi reacción al ver como se aferra con sus manitas a mi dedo índice, me han llevado a pensar en el vocablo “apoyo” y mi sentir cuando ella se recuesta sobre mi pecho y se queda dormidita me ha compelido a hurgar en el diccionario de la vida el verdadero significado de la expresión “derretirse. Sin duda, esta personita ha llegado para revolucionar mis preceptos.

Ser padres es una bendición hermosa, de la que me siento más que afortunada de poder vivir. Nunca tendré las palabras suficientes para agradecer a Dios todo lo que ha hecho por nosotras, y por permitirme crear una familia al lado de un compañero muy especial.

Este ha sido el maravilloso motivo por el que la Revista Manguz estuvo en receso durante un tiempo, mismo que hoy se convierte en mi inspiración para escribir y seguir luchando. Espero seguir contando con el favor de su lectura.

Y como la música forma parte esencial de mi vida, quiero concluir estas líneas con la letra de una canción que escribió mi gran amigo, Samuel Heredia, del coro Impacto con Cristo para mi pequeña Mar.

“Mar… yo te esperaba, y no esperaba que tú me llenases de tanto amor.

Mar… si te soñaba, y desperté cuando llegaste a mirarme.

Eres mi Mar de amor, eres mi Mar de amor, eres mi luz…

Lo tenía todo claro hasta que llegaste tú”.

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