Fotos: Ministerio de Turismo de República Dominicana
“Hay un país en el mundo…” en el que no hay cabida para la monocromía, porque toda su esencia está matizada por una paleta de colores muy heterogénea. Solo basta abrir los ojos y observar. Su cuadro cromático es tan deslumbrante que es posible distinguirlo incluso en las tareas y elementos más cotidianos.
República Dominicana es un país que cada mañana toma en sus manos los pinceles y acuarelas necesarios para dar vida a su mejor cuadro. Para lograrlo se auxilia de sus colores, aquellos que van más allá de lo estético:
• Los colores tan vivaces de sus casitas de campo, en las que se ven reflejadas la alegría y el optimismo del campesino que con amor trabaja la tierra.
• Los colores tropicales y vibrantes que encontramos en cualquier punto de venta de frutas y verduras.
• Los colores presentes en un plato de arroz con habichuela, carne y aguacate.
• Los colores cálidos de su música.
• Los colores de su mar, que a veces exhibe el azul celeste más potente o el turquesa más real. Así como su arena blanca que deja perplejo a cualquiera.
• Los colores que nos invitan a sonreír, cuando le vemos adornando algún lienzo en el Mercado Modelo.
• Y, especialmente, los colores de su gente.
En definitiva, los colores de mi tierra son maravillosos, alegres y especiales. Una autentica bendición de Dios.
